12.8.08

madrugada

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Llora el cielo de madrugada, ingenuo, buscando complicidad en unos ojos. Pero en Madrid no hay tregua para el que llora ni consuelo. Y aún así, el cielo no llora solo. Ahí están, a un tiro de piedra, los que no ven sus lágrimas, los enamorados que se conforman con la luna, los rezagados, los resacosos, los feriantes de la noria, los de las casetas de las tómbolas, el azúcar de las manzanas y de los algodones, un coche con los faros apagados. Ahí estoy yo, apoyada en la inestable estructura metálica de la terraza de un noveno. Al fondo del precipicio un gato solitario vaga de un lado a otro de la acera como si fuera un borracho. Semidesnuda, mi piel siente los escalofríos de un viento que llega helado en esta noche de agosto. Me acurruco sobre mí misma. La madrugada me despertó y ahora pongo todas mis esperanzas en ella. Pero con tantas luces parpadeando al unísono, las estrellas, vanidosas, no quieren salir aquí. Así que cierro los ojos para poder verlas. Imagino su estela al desintegrarse. Me toca pedir un deseo... y pienso en ti y en si tú estarás pensando en mí.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

bonito si hubiera algo que loe xpresase mejor lo diría, pero los sinónimos ponen cerca a un pensamiento, una idea que trata de escapar de etiquetas y ser libre, la mejor definición sería una mirada de ojos.


tú ya sabes cual es ;)



MiL

skldá dijo...

aiggg!!ahora no sé que decir... cuanto estrés!!! menos mal que a pesar de todo hemos ganao... qué sufrimiento... si es que R. Rubio... qué bueno es el pequeñin...

ss