28.10.06

la foto imposible... y la evidente...


Apuesto a que ya ha perdido la cuenta de las cámaras que lo han enfocado, de los flashes que le han hecho parpadear, de las fotos en las que él es el protagonista... apuesto a que detrás de esas gafas de aviador loco le brillan los ojos cada vez que alguien sonríe cuando él cambia de postura... una moneda es suficiente para despertar la magia... no sé su nombre, ni si lo hace por necesidad o por devoción (espero que sea lo segundo), pero prometo volver y preguntarle... y brindar con él por las sonrisas, por esta noche, por ese viejo paraguas que el aire se lleva... por que adoro a la gente como él... me vio dispuesta a inmortalizar el momento, entre la gente que cualquier sábado abarrota todas las calles que van a la Plaza Mayor, me saludaba, posaba y se desvivió por salir guapo... tres veces me preguntó, vista la imposibilidad de hacer parar un segundo a quienes se interponían entre el objetivo y él, si había salido bien... ¡claro que sí!... ha salido su magia... después la moneda de rigor y la sorpresa... me dice que me acerque y de uno de sus bolsillos saca dos 'chupas' para nosotras... me despido con una enorme sonrisa y un guiño de ojos... nos volveremos a ver...

P.D. ¡Cómo desperdiciar una oportunidad así...!

22.10.06

Me gusta caminar por la mañana bajo la lluvia incesante con El País bajo el brazo. Me gusta sentir el aire en la cara, mientras tarareo Una de romanos. Me gusta, incluso, la espera en la cola, el olor a pan recién hecho y escuchar la risa contagiosa de la panadera que se pone en pie cuando la ciudad duerme. Me gustan los domingos de otoño. Ya me merecía uno. Sobre todo después del miedo de los dos últimos días... Mi abuelillo, el que es fuerte como un roble, se tambalea, se hunde y siente el miedo, ése mismo que siempre me ha dicho que no hay que tener nunca. Dice que no está bien y culpa a su cabeza... Otra vez... Y vuelve el recuerdo de los hospitales, de los coágulos que amenazaron con llevárselo, que le robaron la chispa y la vida y le hicieron parecer una marioneta... Y vuelve el miedo, vuelven las lágrimas, las llamadas de teléfono a deshora, el temblor de manos y los escalofríos... Pero han vuelto también su risa, sus bromas, sus historias, sus consejos... todo de golpe. Después de análisis de sangre, pruebas neurológicas y horas y horas de bata blanca, todo está bien. Mi abuelo está bien. Me encantaría que el mundo conociese a ese personaje que me compró la muñequita de torero hace miles de años y que me ha contado las batallitas más increíbles. Creo, sin menospreciar a nadie, ni mucho menos (no podría), que es la persona más especial de mi familia. El que siempre tiró del carro, el que siempre está ahí, quitando importancia a los problemas, confiando en el futuro... El que, como muchos, puso kilómetros de por medio para dar una vida mejor a su familia, el que dedicó horas y horas de duro trabajo para demostrarnos que se puede salir adelante si creemos en nosotros mismos... Para él no hay obstáculos y con 76 años sigue tratando a la vida cara a cara, sigue sonriendo al futuro camino de Guadalupe cada 8 de septiembre, gritando desde lo alto y al amanecer que hay que ir "siempre p'alante y sin miedo"... Te quiero...

16.10.06


Quién envenena las palabras; quién truca el dado del parchís; quién me asesina por la espalda; quién llora si me ve reír; quién va de luto a la oficina; quién contamina mi jardín; quién ha inventado la rutina; quién coño me ha robado el mes de abril…


A veces, cuando te despiertas, a la vuelta de un coma profundo, a la realidad de cada día, te espera la posada del fracaso, ésa que bien podría estar en la calle Melancolía, esquina Tirso de Molina… con el peso de las horas sin sentido sobre tus hombros no te queda más remedio que enfilar una escalera de caracol que pierde peldaños a tu paso, indicando que ya no hay marcha atrás, que por debajo quedó el abismo, pero una escalera que tampoco lleva a ninguna parte… y el consuelo viaja en ascensores que no existen y que si lo hacen, no funcionan, y ahí se queda… y si llegas a un destino, dicen que no será el que esperabas, quién sabe si mejor o peor, pero no el que esperabas, porque él no te esperaba a ti… y derrotada en el sillón, ya no te marchitas viendo Falcon Crest… cualquier tiempo pasado fue mejor, dice la canción… sobre todo, si lo has soñado y se quedó allá, perdido a medio camino entre Nunca Jamás y los Mundos de Yupi… en algún lugar en el que aún se puede creer en las brujas buenas, en las hadas y en que al día siguiente del baile, el príncipe te probará el zapato que perdiste cuando dieron las doce… pero contigo no duermen ni Peter Pan ni un hada madrina capaz de convertir calabazas en carrozas… un colchón húmedo y desamparado recuerda que vistes un traje gris y en el bolsillo llevas un calendario al que le falta un mes… o toda una vida…



Quién sangra por do más pecado hubiere; quién me cambia por tul desilusión; quién sazona el amor con alfileres; quién me descorazona el corazón; quién quema relicarios, tilas, naves; quién alquila mujeres de alquiler; quién ha sacado copia de la llave de los secretos de mi secreter; quién oxida el timón de las campanas; quién se sabe perdido cuándo gana… quién roba, silba, reza, desayuna; quién planta girasoles en la luna; quién coño me ha robado el mes de abril…

12.10.06

Vuelve el frío. Poco a poco, se va apagando el sol y el viento, que empieza a azotar las copas de los árboles, suena con fuerza al otro lado de los cristales... En Madrid está lloviendo y todo sigue como siempre, solamente que no estás y el tiempo pasa lentamente… La caída de las hojas, todo se envuelve en un tono rojizo que nos recuerda cuán cíclica es la vida, cómo no importa nada, ni siquiera el tiempo que pase, todo vuelve… y todo se va como viene… Han pasado tantas cosas… Y aquí estoy de nuevo, tratando de descubrir la cuadratura de este círculo que he intentado miles de veces cerrar… siempre sin éxito. Dicen que todo se lo lleva el viento… muchas veces se llevó los planes… sí, esos mismos que odio, por ser planes, porque son tan ligeros, que no oponen resistencia a nada ni a nadie… Pero este viento ha vuelto a traerlos… planes, nombres, recuerdos, historias, lugares, palabras… han permanecido ocultos, quién sabe dónde y ahora vuelven a taladrar mi cabeza… Miro a través de mi ventana el cielo gris… no sé si este viento traerá algo bueno… no sé, no sé… pero es pronto para rendirse… sí, quizás sería mejor adelantarse, incluso a los grandes almacenes del centro, y empezar a decorar todo con lucecitas en octubre… colgar un Papá Noel de la barandilla de la terraza, hacer mil y un regalos a todo el mundo, poner polvo de nieve en puertas y ventanas, enfundarse el gorro, los guantes, la bufanda y el abrigo largo y pasear de noche por las calles que desembocan en el Sol, soñar como cuando éramos niños… qué fácil era… y confiar en que una estrella nos guíe… ahora más que nunca… porque esta vez no hay que esperar a las doce de la noche para cambiar el rumbo… porque ya no existen los cuentos de calabazas convertidas en carrozas… porque cualquiera es la hora… porque ahora es el momento de girar el timón camino de ninguna parte…


…porque una es más auténtica, cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma… “la Agrado”

8.10.06

Retrato de familia con perrito (por que el amor no lo defina nadie, por que se sienta)

Él se llamaba Confusión
tocaba un viejo acordeón
y a su mujer
la conocían todos por
Lili Marlene.
Se enamoraron en un club
de alterne un año catapún
por carnaval,
la bruja huyó con Fumanchú
después del vals.
También estaba Do Re Mi,
un perro que, sin pedigrí,
sabía ladrar hasta en latín
y no mordía
más que al gato del alguacil.
Y decían que era amor
la soledad que compartían
un día sí, cuarenta no,
y Do Re Mi se lo creía.
Igual que a ti, igual que a mí
la realidad los aplastaba
pero cerraban al dormir
los ojos y se la inventaban.
Vivieron en cualquier ciudad,
todas se llaman Ansiedad
como Madrid les daba vértigo mirar
al Pirulí.
Él se podía llamar Jesús.
Cada domingo, al muy gandul
su Magdalena
le lava el pelo con champú
de hierbabuena
con Do Re Mi de fiel guardián.
Para el puchero familiar
los dos ganaban su jornal
honradamente por la calle de Alcalá
en la acera y de plantón
haciendo ella la carrera
y él con el viejo acordeón
cargándose "La Violetera".
Igual que a ti, igual que a mí
el porvenir los aplastaba
pero cerraban al dormir
los ojos y se lo inventaban.
Nunca la pudo retirar
pero una vez por Navidad
el rey Melchor
trajo un abrigo de astracán
de imitación.
Volvía tan pancho Do Re Mi
un día de regar con pis
un abedul
y calculó mal el "reprise"
del autobús
y nunca más vino a lamer
el pantalón de su patrón
cada vez que Lili Marlene
con un recluta toca el timbre de la pensión.
Y decían que era amor
la soledad que compartían
un día sí, cuarenta no,
Do Re Mi se lo creía.
Igual que a ti, igual que a mí
la realidad los aplastaba
pero después cerraban al dormir
los ojos y se la inventaban.
Tal vez tenían razón
puede que fuera amor
la soledad que compartían
un día si se deja, a veces siete no,
y Do Re Mi, moviendo el rabo, se lo creía.
Como te pasa a ti, como me pasa a mí
las uñas negras de la vida nos arañaban
pero cerraban al irse a dormir
los ojos y soñaban que soñaban.
Él era un tipo del montón
que se llamaba Discreción.
No le digáis
que habéis oído esta canción
si lo encontráis.
(Joaquín Sabina, Diario de un peatón)

3.10.06


Y llegó mi sorpresa del día en forma de nombre: Déjame que te cuente... Los cuentos que me enseñaron a vivir. Lo abrí al azar... A veces, cuando me invade la nostalgia, creo en el destino. "A ver qué me depara esta noche", he pensado al disponerme a leer el título escogido por quién sabe si las hadas o los traviesos duendes. "Las alas son para volar". Bonito, ¿verdad? Lo fue más transcrito... escrito para mí... por los riesgos y por los fracasos de vuelo un 30 de marzo... en abril, mayo, junio... en la propia vida. Hoy, tiempo después, sigo sin acostumbrarme a... todas aquellas cosas.
Por que no me cabe duda de que al final luciremos triunfantes nuestras magníficas alas... sea donde sea

2.10.06

Contrato de una maestra en 1923...


Este es un acuerdo entre la señorita ............ , maestra, y el Consejo de Educación de la Escuela ........... , por el cual la señorita .......... acuerda impartir clases durante el período de ocho meses a partir del ..... de septiembre de 1923.


El Consejo de Educación acuerda pagar a la señorita .......... la cantidad de 75 pesetas mensuales.


La señorita ........... acuerda:

1. No casarse. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa

2. No andar en compañía de hombres

3. Estar en su casa entre las 8.00 de la tarde y las 6.00 de la mañana, a menos que sea atender en función escolar

4. No pasearse por las heladerías del centro de la ciudad

5. No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del Presidente del Consejo de Delegados

6. No fumar cigarrillos. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra fumando

7. No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino o whisky.

8. No viajar en coche o automóvil con ningún hombre, excepto su hermano o su padre

9. No vestir ropas de colores brillantes

10. No teñirse el pelo

11. Usar, al menos, dos enaguas

12. No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos

13. Mantener limpia el aula:
- Barrer el suelo al menos una vez al día
- Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente
- Limpiar la pizarra al menos una vez al día
- Encender el fuego a las 7.00, de modo que la habitación esté caliente a las 8.00 horas cuando lleguen los niños

14. No usar polvos faciales, ni maquillarse, ni pintarse los labios

1.10.06

Siete

Y al final es cierto y el tiempo pasa demasiado rápido, incluso ahora que aún no cubre de canas el olvido ni el pasado se cuenta por décadas... Y ya van siete... Tal día como hoy, ya ayer, del año 2000... Y comienza el séptimo... Como todos... Con las lágrimas en los ojos, intentando echar a un lado la incertidumbre y el miedo, recordando viejos sueños, haciendo acopio de fuerzas y sintiendo el vacío "que pasará... cuando llegue otro". Llorando... como comienza la propia vida y como se va también. Brindando... por los éxitos que fracasaron... por los fracasos que tuvieron éxito. Con algunas despedidas que quisieron serlo y con más de una que no... Con ciento y un amor pasajeros... Con un par de los que duelen, de los que se leen entre líneas y de los que queda más de lo que quisiera... La noche y el día, el principio y el final, el uno y el siete, el recuerdo con sonrisa y la sonrisa con nostalgia, el corazón dolorido elevado a sí mismo al que sólo sanaría una raíz cuadrada demasiado honda... "Y algo más que nadie sabe lo que es y que es lo único que importa".


Por el nuevo año, por el siete, por que la suerte se ponga de nuestro lado, aunque no sea suerte, por los planes a medias, por los viajes sin destino, por los equipajes que se quedan aquí, hoy y siempre, para ir a cualquier parte, por la magia que nos tiene felizmente nostálgicos o nostálgicamente felices, por los "ójala" ("ójala mi 'te quiero' te arrancase una sonrisa"), por las sorpresas y por los puntos suspensivos...


"Soy un tipo profundamente pesimista y descreído, de esos que cada día se hacen el truco de que la vida es fantástica para seguir viviendo. Cada día tengo más a raya el pesimismo porque es la única manera de poder vivir"

(Yo también sé jugarme la boca. Sabina en carne viva. J. Sabina y J. Menéndez Flowers)