.
Sobre la mesa el café seguía enfriándose, perdiendo su transparencia. La tierra giraba sobre su eje, la luna alteraba de forma secreta la fuerza de la gravedad y decidía las mareas. En medio del silencio, el tiempo transcurría y los trenes pasaban de largo.
sauce ciego,
mujer dormida
Haruki Murakami
.
2 comentarios:
mira la intelectual...
buenos días VaN !!!!
MiL de MiL
Menos café y más dormir pequeño saltamontes... bienvenida al mundo de la osteotitis... lo que ganaríamos en salud (y quizás incluso felicidad) cogiendo patatas, regando a surco, echando de comer la gallinas, y dedicándonos simplemente a vivir...
en fin, mi vida campestre de la infancia que la echo de menos un montón a veces...
besitines (eres MAAAAALA)
ss
Publicar un comentario