31.8.08

Tables, they turn sometimes

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- Es curioso
- ¿Qué?
- El camino de vuelta
- ¿Es curioso el camino de vuelta?
- Sí… Bueno, no éste… Todos los caminos de vuelta, supongo
Ella le miró interrogante
- Me refiero a que, a pesar de ser el mismo que el de la ida, siempre es diferente
Ella no acertó a preguntar por qué y él no supo explicárselo.

A ella le parecía todo más o menos igual. La tarde-noche seguía siendo apacible, los coches paraban en los semáforos en rojo, había varios grupos de viejecitos sentados en los bancos del paseo y los turistas se hacían fotos en la plaza de Colón. Exactamente igual que a la ida, sólo que más tarde y con rostros distintos. Habían charlado durante horas en una mesa del Café Gijón. Ella le había contado historias de viejos cafés, del Madrid de Valle-Inclán, de Galdós, de Frascuelo y el Lagartijo, de la Duquesa y él, sus planes mientras garabateaba en el reverso de un billete de autobús.

Lo pensó detenidamente mientras esperaban para cruzar la calle.
Su dibujo también tenía un camino
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1 comentario:

skldá dijo...

Te presto uno de mis bastones para que te sostenga en tus caminos y para apalear a las serpientes que un día dejaron de arrastrarse para disimular...

ss