29.10.07

Mi novio es un zombi

Escuchaba a Alaska cuando leí su correo. Mi novio es un zombi / es un muerto viviente / que volvió del otro mundo / para estar conmigo / mi vida ya tiene sentido / recuperé el amor perdido / intacto pero podrido. Eso, amor podrido, pensé. Lleva razón: “su novio es un zombi”, pero no en el sentido que le da la letra de la canción, más bien en el que le da el diccionario de la Real Academia en su segunda acepción: Atontado, que se comporta como un autómata. Si no, no tiene explicación.

De acuerdo, no se puede mandar sobre el corazón de cada cual, no se puede pretender que alguien sienta por ti algo que no siente, no se puede criticar a nadie porque “no me quieres como yo quiero que me quieras”, no se puede… ¡qué demonios! ¡claro que se puede! De hecho voy a hacerlo. Es más, hay un par de tíos a los que ahora mismo agarraría por las solapas de la chaqueta y les diría: “TÚ-E-RES-GI-LI-PO-LLAS”. Así, con toditas las letras.

Estarán de acuerdo conmigo si les doy la carta de presentación de las partes contratantes: chicas, veinteañeras, morenas o rubias, independientes, guapas, inteligentes, simpáticas, trabajadoras… ¿pero qué más quieren, coño? ¿Enamoradas? Pues también. De un gilipollas, pues sí, pero qué se le va a hacer. Ellas tampoco eligieron.

No hay soluciones fáciles. El castigador optaría por una decisión drástica: dar una patada al libro cuando no se es capaz de pasar página. Yo también lo hice una vez y funcionó, aunque ésa es otra historia. No siempre se tiene la convicción de querer romper con una parte de tu vida de ese modo, aunque sepamos que es la única manera de superarlo.

Recupero una frase de hace días: “El amor es un error cerebral sobrevalorado que te vuelve estúpido”. Y lo peor es que lo sabemos, pero no hacemos (o no podemos hacer) nada por evitarlo. Y, al final, el amor se vuelve esa cosa complicada que no hace más que, claro está, complicarnos la vida. Y me da pena que la gente que quiero tenga esa sensación de vacío, ese nudo en el estómago, ese horrible sentimiento de echar de menos cuando te atormentan los recuerdos… Y no es justo que con 25 años alguien te escriba que el mejor remedio para no pensar es trabajar, que necesita tener confianza en sí misma, que se siente sola. Y todo por un GI-LI-PO-LLAS que no sabe valorar lo que tiene, lo que tenía. Y no es por ser hija de puta, pero sólo espero que algún día mire para atrás y se dé cuenta de lo que perdió y entonces sea tarde para arreglarlo.

Mientras, y como ya tengo experiencia en el tema, creo que voy a fundar, y presidir, claro está, un nuevo club (esta vez no será de fans, que de eso ya ando saturada) al más puro estilo de alcohólicos anónimos. Se llamará ‘ell@s se lo pierden’. Así, con la odiosa @ porque no vamos a discriminar a nadie, que alguna novia zombi también habrá por ahí...

Mi novio es un zombie / Mi novio es un zombie / Oh oh oh oh oh oh oh oh oh / uh ou uh ou / Oh oh oh oh oh oh oh oh oh / uh ou uh ou / Oh oh oh oh oh oh oh oh oh

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hoy te levantaste dura ¿eh? el texto es genial. Me apunto a tu club...

ss

Anónimo dijo...

tienes razón, pero yo estoy harta de dar patadas, a veces es difícil saber si la acertaste de lleno o no, a veces tiempo después te enteras de que con aquella no acertaste y todo es peor aún...a veces da lo mismo que te quieran o no, que se acuerden de tí o sólo te contesten por contestar... da igual... al final, de una forma u otra resulta que no tienes nada... ellos son así, pero son tan monos... jjj