8.7.07

No hay tiempo para dibujos, ni para rebajas, ni para cervecitas en una terraza de esta ciudad… Ahora dedico el Metro a leer Le livre de la vie (o a intentarlo, al menos), las mañanas de Senado a mirar entre bostezos la ley de radio y televisión y las tardes a RESUMIR, corregir y terminar la dichosa tesina… y casi no veo el final… Dicen mis abuelos que “quien mucho abarca, poco aprieta” y puede que tengan razón… hay demasiados planes pendientes y a Madrid le faltan horas… es como llover para arriba… y en verdad me da pena no hacer nada en serio, no me gusta dejar las cosas a medias, pero no hay caso… son demasiadas cosas en las que pensar… y la mente sólo puesta en las vacaciones, en esa semanita en casa y ese viaje a Portugal; en disfrutar de toda mi gente, de mis montañas, de mi cielo azul, de Yago, de las historias antiguas y las charlas de tarde-noche en el umbral de la puerta; en una playa, en el sol quemándote la cara, en una ciudad con magia, en viejas amigas; en tumbarte y… y ya está, no hacer, no pensar, no sentir; en los amores de verano, esos que van y vienen, que te vuelven el mundo del revés, pero que después te regresan a tu sitio sin una sola herida, esos que pensamos para siempre y que se quedan en cuatro noches y una promesa…


P.D. Este finde fue el principio… vinieron mis padres y mis abuelos… me mimaron, mi abuela me hizo ensaladilla (no hay una mejor en el mundo entero) y mi padre me trajo CEREZAS… qué placer… y qué atracones… salí de compras con mi mami y tomé cerveza con mi abuelo… LOS ADORO

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