16.7.06

porque un día decidí quererte y al siguiente me di cuenta de que debía haberte olvidado ya

(No hay más que escuchar las letras de este genio, que algún Felicísimo profesor definió como “un poeta frustrado”, para darse cuenta de que te canta a ti, de que sabe exactamente lo que piensas, de que sin mirarte te desnuda como a la Magdalena. Al final, siempre me acompaña en cada viaje en tren, en los de ida y en los de vuelta, como el de esta tarde, como ahora que escribo esto para matar las dos horas que me separan de un noveno piso vacío; en cada paseo por este Madrid, en el que yo también me quedo, en los de hoy y en los de ayer… Seguro que también en los de mañana)

Sus pupilas contaban historias para no dormir, provocando las ojeras que le sobran a mis ojos, un día después de lo que el viento se llevó. Y cuando bajo de la luna al disco duro de roer, con el sueño del revés y un futuro sin mañana, lloro lágrimas de plástico azul, rodando por la escalera, lágrimas de plástico azul, con sabor a despedida… porque creo que soy la mujer invisible que una noche soñó un imposible parecido al amor.

Como si llegaran a buen puerto mis ansias, como si hubiera donde hacerse fuerte, como si hubiera por fin destino para mis pasos, como si encontrara mi verdad primera, como traerse al hoy cada mañana, como un suspiro profundo y quedo, como un dolor de muelas aliviado, como lo imposible por fin hecho, como si alguien de veras me quisiera, como si al fin un buen poema me saliera… una oración.

Cansada de los besos que no me dabas, líbida por exceso de sangre fría, desanudé los nudos que amordazaban la boca del embudo de la alegría. Porque invertir en latas de sopa boba es como barnizar el propio ataúd, te hubiera dado más de lo que me robas…

Pero cuando se nos sube a la cabeza la espuma de una tristeza crepuscular, el óxido de los días, las utopías con hielo, el azul galimatías del cielo según san Juan, no hay más que decir… y bla, bla, bla… llueve sobre mojado y después de llover, un relámpago va deshaciendo la oscuridad con besos que, antes de nacer, morirán, porque ni yo mato por celos ni tú mueres por mí. Y pobre aprendiz de brujo, que escupe al firmamento y se despierta tirado en la cuneta, a dos leguas de El Café, con una maleta al hombro llena de escombros y un bollo de pan de ayer. Cuando no queda nada ya mejor que la lluvia y entrar en cualquier bar y pedir un Martini (a falta de un barril de cerveza que mata de sed) y volver a largarse sin haberlo pagado y odiar a las parejas que salen de los cines. Las siete de la tarde, quisiera estar borracho… y cantar siete notas empapadas de alcohol, campanadas en el fondo del mar, carcajadas que me hicieron llorar… y bailar el vals de la tristeza más triste del mundo, la pereza de los vagabundos, el rompecabezas que no terminé. Y olvidar la liturgia de las despedidas, la bala perdida que viene por mí, la nostalgia que amarga la huida, la banda sonora de lo que viví, ayudada por la canción de los buenos borrachos que, de madrugada, vuelven al hogar… La canción que se canta al oído, la canción que no quieres oír, cuando, en el olvido, pienso en ti…

Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido… cuerpo a tierra, saluden, media vuelta, de frente, firmes, alto, descansen, carguen, apunten, fuego… porque ¿de qué voy a lamentarme?, bulle la sangre en mis venas cada día al despertarme, me gusta resucitar, a quien quiera acompañarme le cambio versos por penas, bajo los puentes del Sena, de los que pierden el norte, se duerme sin pasaporte y está mal visto llorar… Y en Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Así que, desafiando el oleaje, sin timón ni timonel, por mis sueños va ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez, mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero, de un velero al abordaje, de un no te quiero querer. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar... cuando busco un encuentro que me ilumine el día y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden…

Ya sabes, si te animas, vivo en el número siete, calle Melancolía… tengo estufa, dos gatos y tele en color; un manual para héroes y canallas y medio par de zapatos de clown.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No me preguntes porqué... pero no me ha dejado. Más de tres horas tratando de publicar esta tontería, con su correspondiente forma... en tu blog o en el mío... pero no hubo manera. Ahí te dejo el único sitio dónde he podido... mañana seguiré luchando. Esta noche, me ganaron la partida...

www.esflog.com/elara_rs

Anónimo dijo...

Joooo... pero esto sí me deja... ¡¡pero que rabia más grande!! ¡¡esto me está tomando el pelo!! En cuando vi que me dejaba publicar lo anterior, intenté otra vez meter lo otro (ya por terquedad... a ver si te vas a pensar que es una maravilla... con tanto anuncio que le hago), pero nada... que se cruzó.. En fin, misterios de la informática...

Buenas noches, pues...

Al.

Anónimo dijo...

Degenerado y mujeriego
Con cierto aire de faquir,
Anda arrastrando su esqueleto
Por las entrañas de Madrid.
Aunque andaluz de fin de siglo
Universal, quiero decir,
No sé qué tiene de rabino
Cuando lo miro de perfil.
Amigo de causas perdidas
Desde aquel mayo de París,
No tiene más filosofía
Que el “vive a tope hasta morir”.
Medio profeta, medio quinqui,
El lumpen es su pedigrí
Un tinto y una buena titi
Le bastan para resistir.
Tirando a zurdo en sus ideas
Por donde Escora Bakunín
Dice que abajo las banderas
Y arriba la lluvia de abril.
El perdedor es su universo
Aunque pretende ser feliz.
Y aún hay quien dice que está cuerdo.
Pongamos que hablo de Joaquín.
Todo tiene un principio y un final... hasta las canciones y lo que marcan. Hasta Comala. Hasta la memoria de los peces de ciudad. Hasta las historias Contigo en las que juras que no quieres amores civilizados, escenas en el sofá, domingos por la tarde, o Venecia y París sin tí...
Que curiosas las noches en las que ves como pasa cada hora.. ¿eh?Hasta que pasan diez... y una de tus peores composiciones se convierte en una de esas historias que se quedan para siempre en el recuerdo de la música. ¿Sabes que Nos dieron las idez nació de una noche de amor con una fan coruñesa?
Hay cosas que tienen que hacerse cuando uno aún está a tiempo... lo tienes cerca, princesa, ahora que no es demasiado tarde, que no hay porque buscar otro perro que te ladre... Yo diría que sigue esperando en ese piso alto de Tirso de Molina...

Dicen que su casa en una joya de arte. Si vas, no olvides saludarle de mi parte.

Cuidese.

Anónimo dijo...

¡¡¡Bendito sea!!! Jolín... sí, y yo más terca que una mula... lo sé!!! (Perdona por bombardearte el blog por esta tontería.. )

Muaks

Anónimo dijo...

Un genio, mi genio y poeta personal, no importa lo que digan los "felicísimos" frustrados. Ruido, ruido, ruido, a veces no gusta ¡pero es tan contundente!

Ella le pidió que la llevara al fin de mundo, él puso a su nombre todas las olas del mar. Se miraron un segundo como dos desconocidos.

Todas las ciudades eran pocas a sus ojos, ella quiso barcos y él no supo qué pescar.Y al final números rojos en la cueva del olvido, y hubo tanto ruido
que al final llegó el final...

Muy cierto eso de que parece que te conoce y te mira desnuda.
Beso

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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