3.7.08

Carta [a mi abuela]

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[No sé por qué me ocurre, pero, a veces, necesito escribir lo que pasa por mi cabeza para poder seguir haciendo otras cosas, como dormir, por ejemplo hoy. Supongo que es una forma de saber lo que pienso (la otra es preguntárselo a Mariajo, pero a estas horas eso es imposible hasta en un pueblo tan pequeño)]



El martes te eché de menos. Mucho.

Era tu casa, tus flores, tus sillas, tu patio, la misma puerta, los mismos muebles, el mismo olor, casi la misma gente. Tu cumpleaños. Pero tú no estabas. Ya hace tiempo que no estás, pero yo sigo sin acostumbrarme, sin poder contener las lágrimas cuando pienso en ti, sin hacerme a la idea de que, a veces, las pérdidas duelen más de la cuenta, de que el tiempo no lo cura todo ni te hace olvidar. Por mucho que pasen los años, por mucho que hayan pasado ocho. Recuerdo tu sonrisa, tus ojos claros, tu pelo blanco, tus besos, tus consejos, tus bocadillos de galletas y jamón york, tus huevos fritos con patatas y salchichas… y lo echo de menos.

Han pasado tantas cosas y casi todo sigue igual. Bueno, parece que tenemos nueva integrante en la familia. Quién te lo iba a decir, ¿verdad? Anoche eran cuatro las parejas, cuatro los hijos y cuatro las nueras. Y todos son todo lo felices que merecen. O quizás uno nunca es tan feliz como merece. Toné sigue con Leticia y parece que les va genial. Ella está ahora en Londres, acaba de terminar la carrera y él está estudiando las oposiciones. A Rocío la vi hace un par de días. Acaba de volver de California, hacía mil años que no la veía, pero sigue igual que siempre. Sandra estudia en Cáceres y Rafa está trabajando en el pueblo y ya tiene novia. Steve está acabando la carrera, tiene alguna pendiente para septiembre y sigue siendo el mismo ‘niño’ inquieto de siempre y Dolores anda dando vueltas a qué quiere estudiar y dónde. Si la vieras… Y yo tampoco he cambiado mucho, tengo los mismos pájaros en la cabeza que siempre, sigo sin saber qué voy a hacer con mi vida, pero soy feliz, porque, de momento, no hay nada que me haga perder la sonrisa.

Sé que estás ahí, en algún sitio. Sé que esa estrella que se enciende cuando las cosas se ponen feas está ahí por algo. Y eso me hace sentir mejor.

Te quiero.
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4 comentarios:

Unknown dijo...

A todas las abuelas que ya no están, vale? ;)
Muchos besitos

Anónimo dijo...

bonita carta.

yo soy de los que creo que todo lo que hagamos lo van a ver los que ya no están aquí.


el aburrimiento hace que cambie la web...¿qué te parece? así creo que está mejor...
te has asustado morena??? :)

yo soy un soñador empedernido y tras los "tras los cristales rotos que he ido dejando en mi camino..." seguiré soñando...porque, por ahora, no me queda otra cosa que soñar en algo que me termine quitando el sueño.


no me sueñe con notarios ni abogados ni gente de esa estirpe eh? :)


p.d.: ya me contarás con qué sueñas tú. espero que no sea como los deseos que si los cuentas no se cumplen, aunque sí que se parecen eh?


:) feliz jueves...


besosdepanterarosa

Anónimo dijo...

creo que lo que sueñe de aquí a diez años se podría aproximar más a lo que sueño ahora que a lo que soñaba hace diez años...o no, esolo sabremos dentro de diez años.

creía que soñaban con leonardo dicaprio...fijo que lo tenías en la carpeta :)

qué bonito una buhardilla eh??? con sus ratitas...y su polvo acumulado :)

todo está por cumplir...
pero no puedes dejar sola a mariajo en un noveno de leganés...!!!

los sueños si se comparten son más sueños, total, estamos aquípara ser felices y ahcer felices a los demás.



me voy a dar un paseo a anaya:
http://salamanca.vivelaciudad.es/
2006/11/08-plaza-de-anaya

http://www.wikisalamanca.org/w/
Plaza_de_Anaya

besosbuhardilleros :****

Adijirja dijo...

La única huella real de nuestro paso por estos lares es que nos echen de menos cuando ya no estemos... Supongo que es lo que más se parece a ser eternos...