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Me gusta observar a la gente. A veces, me siento un poco como el ladrón de historias de nuestra “Cama para uno”, pero creo que podría pasarme horas absorta pensando en qué hay detrás de cada mirada, de cada gesto, de cada conversación, de cada calada; imaginando qué tienen en común esas dos personas que se cruzan en un semáforo, qué le diría el albañil que lanza piropos al viento si la rubia se diese la vuelta, qué pasa por la mente de los ancianos que echan de comer a las palomas en los parques o cuáles son los planes de las cajeras de los supermercados.
Por eso me gusta esta foto. Porque guarda secretos que nunca conoceremos si no los imaginamos. Por eso y porque está hecha cerca de Atocha, delante de un café en una mesa para tres y en medio de historias de hace tiempo. Recuerdo que atardecía y que llovía, que Mariajo habló de Diego en algún momento y Puri de su chico y de la primera noche que durmió en su casa. Hacía meses que no nos veíamos y la vida había dado varias vueltas de campana. Conozco a Puri desde hace más de una década, desde Navalmoral y la residencia de secundaria. Por aquel entonces le gustaba mi primo. El último recuerdo que tengo de ella allí es en la estación de autobuses antes de venirme a Madrid. Ella se fue primero. Mi primo estaba demasiado borracho. Lloraba. Ahora Puri también es periodista y se mudó a Madrid. Mi primo vive y trabaja en Cáceres, tiene la misma novia desde poco después de aquello y fue papá hace año y medio.
Es curioso cómo funciona la mente para encadenar casualidades que nos empeñamos en que no lo sean. En estos días de Sanfermines y toros, pienso en Ilde y en los sueños, en la pasta de la que están hechos. Recuerdo una clase de primaria en un cole de un pueblo tan pequeño en el que soñar con ser torero era tan complicado como soñar con ser un gran futbolista y jugar en el Real Madrid. Cumplir sueños es complicado. Pero parece que determinados sueños en determinados lugares se hacen imposibles.
Han pasado muchos años de aquella clase. Me pregunto si la vida de aquellos niños se parece en algo a sus sueños.
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1 comentario:
a veces me da la sensación de que me hablas a mí solamente
:)
ya andamos haciendo de paparazzi??
mmmmm :P
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