Cuando entré en el café y te vi sacudir la cabeza y mirar hacia otro lado, decidí no entrar.
Tenías el periódico sobre la mesa y parecías ajeno al mundo con la mirada perdida en la taza. Girabas la cucharilla, una y otra vez.
Volví sobre mis pasos y me marché.
Sé que no me viste y desconozco si me estuviste esperando.
En lo absurdo de un gesto se perdió el tiempo. Y ahora sé que ya no me esperas. Volví al café y no estabas.
Cuando me acuerdo de ti sacudo la cabeza y miro hacia otro lado. Es mi forma de pasar de echarte de menos a echarte a secas.
No sé si lo consigo del todo. ¿Tú lo conseguiste aquel día?
3 comentarios:
tal vez todos deberíamos empezar a sacudir la cabeza... ¿O quería decir a sacudirnos en la cabeza? Bueno, no sé...Desde luego dependerá del caso...
1 besote enorme
f. life!!
Buena técnica: sacudir la cabeza, como se sacuden las alfombras para eliminar la porquería.. según como se mire, es lo mismo..
saludos
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