31.10.07

espigas de marzo

Recuerdo que, el 11 de marzo de 2004, Mariajo canalizó toda su mala leche (la misma que le ‘obligó’ a irse aquella mañana a clase, a pesar de todo, mientras yo me quedaba temblando) en un dibujo de espigas rojas que después colgué encima del espejo de mi habitación. Recuerdo que, días después, al ver mis ojos llorosos mirarlo, Mariajo, ejerciendo de psicóloga y amiga, descolgó el dibujo y lo cambió por otro con espigas lilas y amarillas.

Han pasado casi cuatro años de aquella horrible mañana. Hoy se ha leído la sentencia del proceso abierto contra los, hasta ahora, supuestos autores de la masacre. No sé si sirve de algo. Supongo que sí. Supongo que, al menos, ayudará a las víctimas a cerrar una herida, a cerrar una etapa. Al menos, eso quiero pensar.

Gómez Bermúdez ha dejado varios titulares. La condena a más de 40.000 años a Zougam y a El Gnaoui como autores materiales y a 35.000, a Trashorras, con el atenuante de ‘anomalía psiquiátrica’. Quedan absueltos ‘el Egipcio’ y otros siete acusados. Más titulares: los explosivos procedían de Mina Conchita; las indemnizaciones se han fijado entre 30.000 y 1,5 millones de euros; queda acreditada la cadena de custodia de la Renault Kangoo y la mochila de Vallecas y se descarta que ETA estuviese detrás del 11-M. Ya han hablado Zapatero, Llamazares y Javier Rojo. Mientras escribo esto se espera la comparecencia de Rajoy. Espero que no se reduzca sólo a esto.

Recuerdo la sensación de aquel día. De aquellos días. La he vuelto a sentir esta mañana. También recuerdo que Mariajo me dijo que me devolvería el dibujo de las espigas rojas cuando dejase de ponerme tan triste con este tema. Hoy sigue colgado en mi habitación el dibujo de las espigas lilas y amarillas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo siento, no sé que decir...

f. life!!