Los nombres se entrelazan, se esconden, retozan sobre las sábanas blancas de un libro, se adaptan los cuerpos, se curvan, se abrazan, se hacen uno... José y Pilar, Blimunda y Baltasar... juegan a no ser ellos, se inventan, se reinventan, se crean y se recrean, se aman...
"Se encontraron sin buscarse en las páginas de un libro. Ella untó de saliva su dedo y, al pasar la última página, borró el punto y final".
Bonita historia de buenas noches.
"pero ahora sólo tiene ojos para Blimunda, o para el cuerpo de ella, que es alto y delgado como el de la inglesa con quien, despierto, soñó en el mismo día que desembarcó en Lisboa"
"Se encontraron sin buscarse en las páginas de un libro. Ella untó de saliva su dedo y, al pasar la última página, borró el punto y final".
Bonita historia de buenas noches.
"pero ahora sólo tiene ojos para Blimunda, o para el cuerpo de ella, que es alto y delgado como el de la inglesa con quien, despierto, soñó en el mismo día que desembarcó en Lisboa"
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