
Leía La sombra del viento. Miré la portada con la nostalgia de quien desearía formar parte de esa historia, caminar un amanecer junto a Daniel y su padre para elegir un sólo libro del cementerio de los olvidados o pisar esa librería de la calle de Santa Anna. Un post-it amarillo pegado sobre la cubierta me hace volver a la realidad.
Sonreír a un extraño
Miro a la mujer. También ella levanta los ojos del libro. Me descubre y me lee el pensamiento...
- Un conductor borracho mató a mi hija hace dos meses. Desde entonces, cada día escribo en un papel algo que tengo que hacer. Es mi forma de que el odio no me mate a mí
...y me sonríe...
yo también sonrío
1 comentario:
Anda, si me vas a tener que acompañar más veces, si ya te decía yo que mucho mejor venir hasta Ópera.
Me alegro de que te encontraras con alguien tan especial.
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