11.4.07

angelito...


Supongo que, a veces, no te queda más remedio que sentarte en un rincón, rodear las rodillas con los brazos e intentar que las lágrimas se noten lo menos posible a fuerza de apretar con rabia los dientes. Eso o maldecir o rezar, por si acaso alguien allá arriba escucha. Supongo que en noches como ésta ya no quedan lágrimas ni consuelan los abrazos más sinceros... y las palabras se vuelven mudas y ni siquiera habla el silencio. Cuesta imaginar qué puede estar pasando por vuestras cabezas ahora mismo, si incluso a mí me ahoga una presión en la garganta... cuesta imaginar cómo hacer para volver a salir adelante, si incluso a mí me tiemblan las manos... cuesta imaginar cómo encarar el futuro si desde aquí y desde allí podemos sentir ese dolor... A veces, como hoy, sólo queda este rinconcito para desear con todas las fuerzas, aún en un susurro, que por una vez la muerte tenga piedad, que la vida gane la batalla, que ese pequeñín sea más fuerte que todos nosotros...



vaya puta mierda de mundo... no es justo que una madre vaya a perder dos hijos sin cumplir los tres meses en cosa de dos años... no es justo que tengan que volver a pasar por esto... después de todo... me niego a volver a ver esa iglesia repleta de gente llorando ni ese ataud blanco, pequeñito, inerte... dios, no es justo... a mí que me expliquen quien demonios permite esto...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

te recuerdo... f.life!f. life!f. life!

Món dijo...

un beso guapa. Ánimo

Alba R. Santos dijo...

Y... ¿esta vez puede ser una historia con final feliz?

:)