2.4.09

por fascículos [part. III y final]

Ahora mi mujer está detrás de mí y se ha cambiado de ropa. Acaba de llegar del trabajo y se cepilla el pelo lentamente. Ha vuelto a dejárselo suelto y yo a tocar la guitarra. Ya no me dice aquellas cosas cariñosas, pero tampoco me llama Raúl. Al parecer aquellas temporadas que pasaba en Ibiza realmente eran viajes a Benidorm con su madre y los tres niños que tenía de una relación anterior; el móvil de última generación, de la empresa y los trajes, comprados de segunda y tercera mano en una tienda del centro. El coche era la única licencia que se había permitido en su vida, el único capricho que le habían dejado permitirse la arpía de su madre, sus hijos y una ex que aprovechaba cualquier ocasión para sacarle hasta el último céntimo por el bien de las criaturas.


Me lo explicó en un bar cercano a mi pensión. Era un sábado de abril. Me había dejado un mensaje en el contestador mientras yo volvía en metro. Quería verme y yo era lo que más deseaba en el mundo. Me pidió perdón, me dijo que me quería y que haría lo que le pidiese para merecer una segunda oportunidad. Yo sólo le pedí un beso y volvimos a casa. Al final fue el tal Raúl el que resultó ser el fracaso de su vida y no yo y eso me alegraba. Tanto como que mi mes de abril de aquel año no acabase como el del Sabina del chico del metro.

5 comentarios:

Adijirja dijo...

:)

Nunca vuelve a ser igual, pero tampoco podría serlo...

Me ha gustado.

Abrazosdeabrilsin robar,

violetazul dijo...

Lo he leído de una vez...
Me ha gustado mucho...
Besos desde un abril sin robar pero con ladrones..

Unknown dijo...

No tengo internet en casa, y no veas, hacía ya que no me pasaba ni por el fotolog ni por el blog.
He leído la historia de un tirón, también, y me gusta :) Lo que más me gusta es la sensación de no poder parar de leer, de no querer que se termine :)
Besos, y nos vemos pronto

Anónimo dijo...

comparto la misma sensación que la ultima ponente

Scarlett dijo...

Vaaaaan tanto tiempo amiga!! aquí un méxico caluroso que no se deja enfriar más que por las lunas llenas y la lluvia nocturna...

Que serie! me gustan mucho tus post y este placard de escobas.
Te dejo un fragmento de Perséfone de Homero Aridjis escritor mexicano.


"Uno se demora en lo adquirido, y lo contempla, y lo penetra, y lo convive bajo un fuego en que crepita, cede o gime a nuestra piel, o a calidades más remotas, más inescrutables.

Ahí bajo nuestra poblada soledad, llenamos de carne a la inocencia, llenamos de muerte viva a lo que somos y amamos, nos llenamos de hurañas emociones"

Y aprovecho para invitarte a leer la última parte de aquella miniserie de EL ENTE (te acuerdas?) publicada recientemente en mi blog.

Un abrazo grande que atraviesa el gran charco y cae en el bellísimo Madrid!