11.3.07

recuerdos


Un cumpleaños pospuesto nos llevó a brindar con vino blanco en un pequeño restaurante del centro, a desnudarnos con la mirada, a besarnos en el portal unas horas después. La cena terminó entre las sábanas de mi cama. Sus ojos negros clavados en los míos mientras me deseaba dulces sueños. La radio me despertó abrazada a él...


La madrugada nos regaló a Esther. No fue un parto fácil, la pequeña se resistía a nacer. Recuerdo que cuando la vi por primera vez un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mi esposa nos miraba sudorosa, con los ojos llorosos y una sonrisa enorme. Mis princesitas dormían cuando entró la enfermera...


Pollo seco en gallina y helado de fresa para celebrar desde aquí el cumpleaños de la mamá. Tras ocho años, el balance salía positivo: un piso recién comprado, un puesto de oficial en la construcción y Neidi, de año y medio. Por la mañana, su cuñada María, aferrada a su bolso y con los ojos rojos, recorre los hospitales...


De camino al teatro Marquina, la rutina puede convertirse en sueños, como ver la lluvia de estrellas una madrugada tapada con una manta mientras agarras la mano de un amor de toda la vida...


Tras la bronca, un beso en la nariz. Siniestro Total, El Código Da Vinci , dos entradas y a clase. Durante el viaje, los planes con Macarena y sus tres gatos, a pesar de la alergia...


Llevaban juntos tres años y eran inseparables. Ya no necesitamos despedirnos cada día o cada noche. Siempre me acompañarás, vaya donde vaya, le escribió la Noe. Juanillo dice que ahora se ha ido a jugar en la Liga de las estrellas...