13.9.06

En medio de algo que comienza a parecerse a la rutina y de horas acumuladas de vuelo en globos aerostáticos fabricados con tela de colores y perchas; en medio de sueños quijotescos y planes de futuro sin futuro, viejas letras han unido mi pasado y mi presente, canciones que algún día tarareé de tanto escucharlas por la radio y que entonces y también ahora vuelvo a identificar con hechos, sonrisas, anécdotas, recuerdos... y personas especiales. Entonces era él... Hoy, a pesar de todo (el tiempo, los vanos esfuerzos, la ausencia) ya no... A él lo cambié por otro él. Tan diferentes... y la misma historia

Alguien, hace días, me 'regaló' una canción que, según recuerda algún personajillo con risa de duende -cuando no se enfada-, canté hasta cansar al personal en la acampada que pasó a la historia por varios hechos: los peinados con agua y azúcar, los garbanzos con cebolla y mahonesa (aún no me he recuperado del asco), las charlas a deshora -como siempre-, las redacciones de putas y penas de muerte, las historias de miedo con susto incluido que no me dejaron dormir, las aventuras del 'arlequín', las caminatas, la cama de David, Laura Pausini (¿?) y Alejandro Sanz...

En Madrid está lloviendo
y todo sigue como siempre
solamente que no estás
y el tiempo pasa lentamente
estoy loco por que vuelvas
hace tanto que te fuiste...

Esta noche en la radio volvió a sonar otra de esas viejas canciones. Ella baila sola...

por ti mi vida empeño
por un momento de verte sonreír
por ti mi alma vendo
a cambio del tiempo que necesites
para ser feliz

Dicen que "cuando estamos solos durante largo tiempo, llenamos el vacío con fantasmas". Puede ser...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La peor soledad es aquella que sentimos cuando estamos rodeados de gente... Tú no estás sola. Hay compañías que no te dejan escaparte del camino... ni tan siquiera a cafés de mala muerte.

Me alegro de las canciones, aunque despierten tu nostalgia.

Buenos días, pececito.

skldá dijo...

la última frase es genial, la iba a copiar yo también en mi blog, pero... muy bueno el tal Guy de Maupassant... cuanta razón tiene!! el pasado ya no puede cambiarse, el futuro se supone que sí... si no pudiesemos para qué nos íbamos a levantar, ¿no?... y ahí es donde entras tú a cambiar tu futuro... hay muchas cosas que no dependen de nosotros... pero otras sí (al menos eso he oido alguna vez)...ss

Melena dijo...

me alegra ver que ya no estás de despedidas... aunque no sé qué es peor, porque ahora pasaste a las soledades que despiertan a los fantasmas... y esas pueden llegar a ser adictivas.
Puede usted refugiarse en ellas todo lo que quiera, siempre que recuerde que tiene con quién contar, por lo menos para los momentos en que la compañía sí que hace falta...

Un abrazo!