10.1.11

He comenzado 2011 entregándome a una magia de los años impares que yo misma me he empeñado en inventar.
Continúa el cansancio, el hastío, el hartazgo, la tristeza de tantos días, el mal humor, la impotencia, las palabras que se atragantan en la garganta, las ganas de llorar, de gritar, de dejarlo todo, las ojeras, las noches sin dormir. Continúa a veces. Es difícil dejar atrás el bagaje de tantos días con doce uvas.
Pero he comenzado 2011 con el pie izquierdo bien 'plantao' (como casi siempre); con casi toda la gente que quiero cerca, a más o menos casas, ciudades y países de distancia; echándote de menos, pero sabiendo que estás; esperando a Mario; re-aprendiendo a apreciar las cosas pequeñas, los momentos alrededor de una mesa llena de historias a veces repetidas (conviene no olvidar tantas cosas que yo olvidé)...
Feliz año impar nueve días después...