17.2.09

Ayer entrevisté a Javier Veiga. Es un tipo curioso que creo que me conoce mejor que yo misma. Será por eso que ha dejado una frase resonando en mi cabeza (en la mía y en la de Mélani Olivares, que también se queda con ella, a diferencia de Jorge Sanz que prefiere otra, cuestión de 'maticitos', supongo). Y como yo soy así, me la guardo para mí: "el destino o el azar o como cada uno quiera llamarle es inevitable, pero la felicidad es un punto de vista" .

Mi punto de vista, el de la felicidad claro, tiene a su vez muchos puntos de vista. Más que puntos de vista lo que tiene son muchos objetivos hacia los que apuntar o que me apuntan, porque en esto de la felicidad tú apuntas, pero también te apuntan. ¿Hacia dónde? Hacia la habitación de al lado, hacia las habitaciones del fondo ahora, que son las primeras del pasillo, hacia Madrid, hacia mis montañas, hacia tierras castellanoleonesas y en orden inverso... al derecho y del revés porque la felicidad es un punto de vista, no una medida en metros ni mucho menos en kilómetros.