28.11.06

De personajillos y abrazos

Lloré cuando se marchó E.T., pasé tardes enteras en Barrio Sésamo, viví la aventura espacial con Yupi, siempre quise volar agarrada a un paraguas y cantar aquello de "supercalifragilisticoespialidoso"... me muero por vivir en Nunca Jamás y de mayor quiero trabajar en un circo... aún creo en la magia, en las hadas, en los duendes y en las brujas buenas... y en que los deseos se cumplen... adoro los payasos, los mimos, las máscaras... los arlequines de Picasso...

Y si lo piensas, nuestra vida está llena de personajes de todo tipo... algunos reales, otros de carne y hueso y otros que sólo existen en la mente de los "que no han abandonado a Peter"... en ocasiones, pasen los años que pasen, ocurran las cosas que ocurran, te das cuentas de que a tu lado permanencen ciertos personajillos que marcan el rumbo de todo, que lo cambian y que hacen cada día distinto y especial... Dicen que cuantos más personajillos de este tipo haya merodeando a tu alrededor más afortunado serás...

Uno de esos personajillos es muy muy especial, aunque la mayor parte del tiempo lo dude y hay que recordarle continuamente lo que vale... A veces, se harta de la vida, se deprime, se enfada con el mundo... A veces, cambia el golpe en la mesa por un grito desgarrado en boca de otros... A veces, llora a escondidas para ahorrar lágrimas a la gente que quiere... A veces, llora porque sí... A veces, echa de menos y lo cambiaría todo por un instante... A veces, se convence de que no es feliz, pero acaba riendo a carcajadas cuando suena la canción de la flor... A veces, odia recordar, aunque no recuerde cómo se odia... A veces, sólo un desconocido le arranca un brillo en los ojos...

Pero si en tu vida hay uno o varios de estos personajillos (sea como fuere), puede que tú también seas personajillo en la vida de otro. Y yo soy de esos a los que le encanta molestar... y recordarte que "los vientos fuertes los resisten mejor los árboles flexibles", que vales más de lo que crees, que tu destino sólo lo eliges tú y que la vida no es tan de color de hormiga... que aquí me tienes (y lo sabes), dispuesta a seguir inventando canciones absurdas para secar tus ojos, a seguir gritando que bajes la música, que tiemblan las paredes, a seguir contándote historias para no dormir... y a seguir recordándote todo eso que olvidas con demasiada frecuencia...


Sabes que nunca te faltará un abrazo...


24.11.06

FELICIDADES!!!!

Siempre es difícil hacer acopio de sueños e ilusiones y meterlos todos en una maleta. A veces, corres el riesgo de que no quepan todos. Otras veces, con las prisas y los nervios, puedes olvidar alguno. Supongo que la tarea se hace más difícil cuando en esa maleta hay, además, que hacer hueco a la ropa de abrigo, que hará mucha falta, a las bufandas, a los gorros, a las camisetas de manga corta, de tirantes y también a las de flores... a la foto de tu sobrino, a los besos y los abrazos de todo un año, puede que de dos, de la gente que te quiere, a los amigos y a la nostalgia que te acompañará...

Pero aún así, ella consiguió cerrar su maleta... con todo dentro... pero reservó un bolsillo porque sabía que en él habría de guardar muchas cosas... Hizo el viaje de regreso. 50 años después. Cerró el círculo. No sé si buscaba los mismo al otro lado del Atlántico... No sé si lo habrá encontrado...

Creo que hoy ese bolsillo ya no está vacío. En él se han juntado nuevos amigos, cientos de fotos, lugares, viajes, anécdotas, más de una tarde de sueño y de una noche insomne, risas, piropos y alguna 'linda' sonrisa, un nuevo trabajo, nuevas rutinas y una libreta dispuesta a llenarse de los sueños de cada día, aunque los de algunos empiecen a las seis de la mañana con dos horas de viaje.

Ahora forma parte de ese número 13, de los madrileños que no lo somos, ahora está más cerca de muchas cosas (aunque alguna vez escribiera "cuidado con lo que deseas porque puede ser que lo consigas"), incluso, si se sube a una torre alta y estira un poquito el cuello, podrá divisar, a lo lejos, pasando el mar, la meseta de Gizeh... A veces, basta con cerrar los ojos y desearlo muy fuerte...

Es fuerte y cada día le sonríe a la vida... ¡ójala la vida le siga devolviendo la sonrisa! ¡ójala esté siempre 'en la curvita de la Paraguay', si eso significa estar a punto de conseguir lo que más desea!



¡¡¡MUCHAS FELICIDADES, LINDA!!!

23.11.06

Pide un deseo...


He comprado una tarta de fresa, he brindado con agua y chocolate, he compartido cena con gente a la que quiero mucho y que adivino el destino hará muy importante, he escuchado la historia del chico que se compró una cueva detrás de una cascada (¡¡suerte!!), he dado saltos encima de mi cama (como cuando era pequeña, pero sin que mi madre me regañe), hemos gritado al unísono por teléfono, a pesar de los kilómetros de distancia, he oído voces mucho más felices que la mía, he intuido caras de orgullo, he recibido consejos y hasta alguna felicitación desde un baño o desde el otro lado de España...

A veces, si cierras los ojos y deseas algo muy muy fuerte, se cumple... Gracias a todos por creer conmigo que existe la magia... gracias por creerlo por mí...




P.D. Sí pequeña, ya he decidido que antes de empezar a 'sufrir' te preguntaré... ¿Sabes que eres como mi oráculo? Te quiero mucho.

P.D. Pues sí que es grande la Torre Eiffel... que siga así, que aún quedan unos cuantos deseos por cumplir (aunque no sé si había papelito)... Al final, va a ser cierto eso de que me trae buena suerte...

P.D. No crea, mi querido amigo, aún guardo mis temores de que los marroquíes invadan la Península y se disuelvan las Cortes... Es que en esa posibilidad no había pensado...

21.11.06


- Pierrot es el payaso herido de amor. Es quizás el más triste de todos los payasos. Pierrot surge de las desapariciones de otros. Nace marcado. Cara blanca, pies juntos, brazos colgantes... La historia que vuelve a empezar cada noche. Pierrot es el eterno enamorado de Colombine, como Arlequín, pero a la francesa y sin risa. Es el hombre que pinta su cara con harina, el payaso romántico, enamorado de la Luna, de una luna solitaria, porque su amada Colombine ha desaparecido para siempre de la escena.

Marcela conocía la historia muy bien. La del Pierrot con mayúsculas y la de otros...

- Cientos de personajes en uno. Decía que con el que más identificado se sentía era con el "Pierrot ècrivain", el payaso que, sentado en una mesa y junto a una lámpara, escribe una carta interminable -continuó Marcela mientras guardaba el traje con cariño.

- Esas cartas nunca llegaron. Les faltaron las alas para poder volar...



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Prometió empezar a contar al revés... andar despacio y de espalda... dormir boca abajo... soñar despierta... mudarse al piso más alto del rascacielos más alto... subir siempre por las escaleras... girar las manecillas del reloj en sentido contrario... de derecha a izquierda... pensar dormida... no pensar...



No quería volver a sentir el vacío que viene después...

20.11.06


Se hizo cargo de cuánto habían cambiado las cosas apenas giró la manecilla. Le hubiese gustado mirar a través de la oxidada cerradura, como tantas otras veces, pero se resistió a hacerlo. Ya no era una niña, era una señora, hecha y derecha, con una familia y toda una vida a la espalda y no iba a permitirse aquellas tonterías de andar espiando en estancias ajenas. Pero algo en ella se empeñó en que aquel recuerdo también le pertenecía.

Había perdido todos sus sueños. Lo sabía, pero se hizo evidente cuando se vio reflejada en el espejo. Sus mejillas habían perdido el color y tenía arrugas. Fruncía el entrecejo e irradiaba cierta amargura. No se reconoció. Hacía años que no lo hacía. En cambio, él era el mismo de antes. Él sí. El corazón le dio un vuelco cuando Marcela le contó, con cierto reproche, que él había olvidado cómo reír. ¡Cómo si ella hubiese sido la culpable! ¡Cómo si él no la hubiese dejado marchar! ¡Él le prometió que no se separarían jamás! ¡No lo permitiría! ¡Él era el culpable! ¡Qué podía hacer ella!

Se sentó en la silla, delante del espejo que, sin duda, había servido de tocador. Apoyó la cabeza en sus manos. Sentía un vacío inmenso, pero se resistía a llorar. Poco importaba ya... Al fin y al cabo, de quién era la culpa... El Atlántico es tan grande...

Miró a su alrededor intentando recobrar el tiempo pasado, acercarse a ese personaje que el dolor había construido. Encima de la mesa había pinturas, restos de polvo de arroz, varios lápices y brochas de diferentes tamaños. De la esquina del cristal colgaba un sombrero negro y sobre una cajita de madera descansaban perfectamente doblados dos guantes blancos. Sonrió. Dentro del inusual caos de la habitación reconoció al viejo doctor. Ordenado y cuadriculado en extremo. Hay detalles que jamás cambian. Aquel era uno de ellos. Siguió escrutando el resto de la habitación. Había varios trajes diferentes encima de la cama. Diferentes colores. Se levantó y se acercó hasta allí. De entre todos, escogió el más colorido.

- No era su preferido.

Un escalofrio recorrió su cuerpo. Se sintió, ahora sí, como una niña a la que su madre sorprende probándose su vestido de novia y subida en sus tacones. Marcela se acercó al armario y de él sacó un traje totalmente blanco.

- Pierrot

- Eso es -contestó Marcela-. Pierrot

19.11.06

...


Cuando Marcela abandonaba la habitación, ésta pesaba demasiado. Con ella allí, no se oía el tic tac del reloj de bolsillo ni la muda respiración del hombre que antaño amó, y al que tal vez seguía amando. El tiempo pasaba más deprisa y los recuerdos no formaban un nudo en la garganta. Pensó entonces que él había tenido suerte. Marcela estuvo a su lado siempre. Ella, en cambio, se enfrentó al olvido sola. Sintió, de repente, que aquel ya no era su sitio, que no pertenecía a ese mundo que habían fabricado juntos. Pero algo la impedía marcharse. Otra vez.

Salió de la habitación presa de una especie de pánico al vacío. Aún recordaba los pasos que la separaban de cualquiera de las estancias de aquella casa. La cocina daba al patio trasero. Siete pasos más llevaban directos al salón. El cuco daba las tres, irónicamente intemporal. Se giró y pasó al cuarto más recogido. Hubo un tiempo en que allí dormía Marcela, pero ella le había contado que hacía años que estaba desocupado. Sintió curiosidad y abrió la puerta.

18.11.06

Habrá otro tiempo, habrá otro lugar


Era la primera vez que faltaba a la cita en años. Desde aquella tarde de domingo, desde la última vez que lo hizo con ella agarrada a su brazo. Cada sábado, al caer el día, había vuelto a pasear por Serrano. Las manos metidas en los bolsillos de su abrigo largo. La mirada perdida en el infinito. La mente dispuesta a recordar su risa eternamente, como en el viejo cine.

- Tendría que habérselo dicho...

Lo repetía para sí, una y otra vez. Como un martilleo incesante, esas cuatro palabras lo acompañaron siempre... Incluso mientras soñaba...


***

- Señora -dijo mientras la miraba con la tristeza de quien ha sido testigo de tantas cosas-. ¿Cree que él lo sabía? Que terminaría así, quiero decir.

- No lo sé, Marcela -contestó apenas sin voz-. No lo sé...

- Yo creo que sí.

- El destino de cada uno está escrito, en algún sitio, desde el mismo momento en que nos ponen en este mundo. Supongo que el suyo era éste. No hay nada que hacer contra el destino. Nada que hacer.

- Él siempre decía que usted cambió el suyo. Cuando se marchó...

- Yo no quise marcharme...

- Perdone -se apresuró a decir Marcela-. No era mi intención...

- No se preocupe. Pasó hace demasiado tiempo. Bien lo sabe.

- Él siempre confió en que volvería a Madrid. Lo decía incluso mientras pintaba su cara...

- Me llegaron noticias de que se había vuelto loco.

- El amor a veces es así. Yo también lo pensé cuando dejó la consulta, las fiestas, las salidas de los domingos. Se metía en su biblioteca y allí pasaba las horas. Un día volvió a sonar el viejo tocadiscos. Cuando crucé la puerta, lo encontré con la cara pintada de blanco y me pidió ayuda. Pero no, no estaba loco. Sólo triste. Tan triste que olvidó cómo reír. Supongo que lo hacía a través de los demás...

16.11.06

De la Nada, el multiverso y otros menesteres después de cenar


"- El Buda Sakyamuni guardó silencio sobre este tema, como sobre muchos otros. ¿El universo es eterno o no? ¿Finito o infinito? ¿El alma difiere del cuerpo? ¿Qué existe después de la muerte? (...)"

El Rey, el Sabio y el Bufón. El gran torneo de las religiones. Shafique Keshavjee


MARIAJO: Estamos en el 2006 y seguimos estando en el Paleolítico... ¿Después de cuántos años de evolución?

VANE: No hemos evolucionado. Llevamos sobre la Tierra... pero de ahí a que hayamos evolucionado... ¿Y eso ahora?

- Estamos igual que los griegos cuando miraban la Luna... así estamos nosotros con el Universo.

Ahora es cuando me quedo 'ojoplática'...

- Pues sí... porque todavía no sabemos si el Universo es finito o infinito... ¿Cómo no podemos saber si el Universo es finito o infinito?

- Y eso, ¿qué más da?

- Pues no... ¿tú sabes lo que cambiaría nuestra vida si supiésemos que el Universo es finito?... Además, es que sólo puede ser finito

- ¿Por qué?

- Porque infinitos pueden ser los números, porque se suman, pero en el momento en que algo es material no puede ser infinito, porque entonces sería una cosa totalmente distinta de todas las otras cosas. Además, el Universo se supone que realmente no es nada, sólo contiene cosas...

- ¿Y qué contiene al Universo?

- El Universo contendrá nuestro sistema solar, y otros sistemas a lo mejor similares, o distintos, pero ya está... no sé... Pero se supone que está contenido en otra cosa, es un vaso lleno de sistemas solares o de otra cosa, pero...

- Vale, pero entonces, ¿qué contiene al Universo?

- Al Universo, como a otros universos que puedan existir, los contendría otro universo mayor, que se llamaría de otra manera, no universo, en todo caso 'multiverso'...

- Sí, pero ese 'multiverso' o es infinito o vuelve a estar contenido en algo... Entonces, en el primer caso, deducimos que sí existe lo infinito materialmente hablando... En el segundo, cabría volver a preguntarse qué contiene al 'multiverso', porque si no lo contiene nada, tenemos un problema...

- No, porque se supone que el 'multiverso' está flotando en una nada y se supone que la nada sí puede ser infinita porque no es material...

- Pero la Nada no existe. Materialmente, si es nada es nada y punto... no existe

- Eso es una tontería

- No

- El odio y el amor pueden ser infinitos y no son materiales y existen...

- Por esa regla de tres, entonces el Universo es infinito... antes dijiste que el Universo no es nada, sólo contiene algo... Si el Universo no es nada, entonces no existe... con lo cual puede ser y es infinito....

- Ah no, si no existe no puede ser infinito, porque la Nada existe

- Con lo cual, si el Universo no es nada, o mejor dicho, es nada, no existe... Entonces... ¿por qué estamos discutiendo esto? Además, llevándote, como casi siempre al sentido práctico de la vida, ¿qué más da?

- A mí me gustaría saber si es finito o infinito...

- Para saberlo, tendrías que colocarte en no sé exactamente dónde... quizás en la Nada, pero si no hay nada, no puedes estar tú, porque entonces dejaría de ser Nada, con lo cual ya desde allí no podrías verlo... A lo mejor tendrías que ser "Dios"...

- La Nada es como una gelatina a la que se echa trocitos de fruta. Sigue siendo gelatina a pesar de que tenga trocitos. El que haya cosas en ella no cambia el ser en sí...

- A ver, que estamos hablando de la Nada, no de una gelatina... La esencia de la Nada en sí es precisamente esa, NADA

- Es una tontería. La Nada puede seguir siendo Nada aunque haya cosas dentro... Porque entonces el multiverso no estaría, porque es NADA según tú

- Es que yo nunca te di la razón en que el multiverso esté en la Nada...

- ¿No?

(Otro día seguimos... Se nos está yendo la olla mucho mucho)

14.11.06

Piensa mi madre, mientras se ríe (¡lo que hace la experiencia!) que parece que estoy en un momento crítico de mi vida y mi padre me llama "culo de mal asiento". Dice que nunca estoy contenta con lo que hago durante algún tiempo y que me canso enseguida. Puede ser... Me agobia la estabilidad que se convierte en rutina sin más ni más. Y sí, me canso enseguida... aunque no de todo. No, de la gente a la que quiero (incluyendo aquí a los grandes amores que en mi vida han sido, que dirían los clásicos).

Hoy, de camino a lo que he dado en decir era mi última oportunidad de hacer algo que realmente me gusta y de trabajar en esto, compré El País. Esta vez, lo abrí al azar, aunque es costumbre hacerlo siempre por la parte de atrás. Ironías de la vida, encontré un llamativo folletito naranja:

"¿Te has planteado cuánto pueden afectar las comisiones a tu plan de pensiones?" ING Direct

Pues no.

Y es que primero hay una apuesta que sí me gustaría perder.

12.11.06

¿Quién dijo que la felicidad no se construye?

La prueba...


A veces, basta con creerlo. Otras, como hoy, sólo hicieron falta un billete de tren y un destino... Guadalajara... Y la mejor compañía... la de la gente que, a pesar de todo, del tiempo y de la distancia, siempre está ahí, dispuesta a viajar contigo o dispuesta a esperar en una estación... la de la gente que tiene siempre la sonrisa a punto y los brazos abiertos... la de los cafés con ron y los batidos... y las tortitas con mucha nata... la de la gente que no se cansa de escucharme, aunque, a veces, sea monotemática y con la que tratamos de arreglar el mundo, la profesión y la propia vida... Sí, ha sido un día muy muy especial...

La foto del objetivo en el ojo del fotógrafo (ya me entendéis)...

Las artífices de todas las sonrisas de hoy...

La pita y yo... yo y la pita... ¿Qué pensarían las monjas?

Love is in the air...

P.D. "¿Por qué si dos personas se quieren siempre hay algo que se interpone para que no sea perfecto?". La vida, a veces, es así, preciosa... supongo que, en estas ocasiones, hasta esa felicidad nos la tenemos que inventar nosotros mismos... Me tenías preocupada... Me encantó verte sonreír y sentir que sigues con la cabeza en su sitio, que plantaste cara a esas dos semanas críticas... Verás como, al final, siempre hay un final... como en los cuentos... Y sé que tu historia terminará con un "y fueron felices y comieron perdices"... Pero mientras, ya sabes que puedes contar conmigo, que a poco más de dos horas de vías y de ancha es Castilla tienes a alguien dispuesta a escucharte y a ponerse la nariz de payaso también para ti... por supuesto... Gracias por todo!

11.11.06

Midi


existent des sensations étrangères... j'espère seulement que tout est bien...

6.11.06

Y tú, ¿crees en la magia?

- Ya sé que querías ser amable -dijo, ablandándose-, así que me puedes dar un beso.
Se había olvidado momentáneamente de que él no sabía lo que eran los besos.
- Ya me parecía que querrías que te lo devolviera -dijo él con cierta amargura e hizo ademán de devolverle el dedal.
- Ay, vaya -dijo la amable Wendy-, no quiero decir un beso, me refiero a un dedal.
- ¿Qué es eso?
Es como esto.
Le dio un beso.
- ¡Qué curioso! -dijo Peter con curiosidad-. ¿Te puedo dar un dedal yo ahora?
- Si lo deseas -dijo Wendy, esta vez sin inclinar la cabeza.
Peter le dio un dedal y casi inmediatamente ella soltó un chillido.
- ¿Qué pasa, Wendy?
- Es como si alguien me hubiera tirado del pelo.
- Debe de haber sido Campanilla. Nunca la había visto tan antipática.


A veces es bonito no haber perdido del todo la inocencia y seguir creyendo en que existe Nunca Jamás y compartir la lógica de los niños... A veces, creo en la magia y en las hadas y en los duendes y en las brujas buenas y en que allá arriba alguien te protege y saldrá a tu encuentro cuando llegue la hora de partir... A veces, hasta me hacen creer en que después hay otras vidas y no es la nada... si no, de qué serviría...

A veces, como ahora, lo negro no es tan negro, sino que va adquiriendo tonalidades de colores y basta la cosa más absurda para hacerme reír como una loca, para pasarme el día cantando y hasta improvisando monólogos acerca de lo que llevó a mi casera a comprar las bonitas cortinas del salón... Y es que la felicidad no llega, sino que la construimos nosotros mismos...

P.D. En la noche en que las ranas embotellaron el agua de su charca para comprar zapatillas de marca...

2.11.06

FELICIDADES!!!!

A veces, como hoy, no es suficiente una tarjeta con mis mejores deseos grabados a tinta, ni una llamada de teléfono ni una conversación de cinco minutos dan para nada... A veces, como hoy, me hubiese gustado tenerte más cerquita, darte un beso y brindar por los 24, por los recuerdos y por lo que nos queda... A veces, como hoy, se confabulan los astros y se cargan los viajes sorpresa... Sigue en pie y, al final, venceremos... Tenemos una conversación pendiente, un brindis y miles de historias, tuyas y mías y de quienes quieran unirse... Sonríe siempre, preciosa... me tienes preocupada... Gracias por tu amistad de tantos años ya! Te quiero mucho.

Molletes de Antequera (o "que no disfruté, que no vuelvo más")



Un tren que se nos escapa. Primer café en Atocha tras el 721. Maletas de bronce que se quedan en la estación junto a decenas de caras que buscaron vidas mejores. Alemania. Buenos Aires. "Hola. Coche 4". Y a volar en un ave de acero. Nos espera la tierra de Cervantes, del Quijote y Sancho, de El Greco y del crisol de culturas que unos reales católicos se empeñaron en romper para siempre. "Welcome to Toledo". Y nos reímos de nuestro inglés de guardería y recordamos aquello de "ancha es Castilla", para arriba y para abajo, a derecha e izquierda, León y La Mancha. Y Madrid está en Toledo, muchas caras conocidas... hasta el Museo del Prado quiso viajar ayer con sus mejores retratos. Los recuerdos prometían. La ciudad se veía majestuosa desde la otra orilla... y en la otra orilla se quedó. Al final, se esfumaron los recuerdos por callejuelas intrincadas, siguiendo carteles que no llevan a ningún sitio... rodaron por interminables pendientes que van a parar al Tajo... o a algo que se le parece... Inventamos otros, con otro nombre. Y brindamos con tinto por otro viaje y otro sueño. Y confío en promesas que caerán en París. Calles de Portugal, espadas "que nos sablaron" y Cervantes preside impasible el callejón y petrificado aguanta los flashes, a pesar de no estar acostumbrado a semejantes artilugios. Lo mejor, como siempre, las historias que inventamos... y la compañía.

P.D. GRACIAS por la parte de esta historia que te toca, que es casi casi toda, y por ser parte de mi locura constante; por ponerte conmigo tantas veces la nariz de payaso, por dejarte convencer (con lo que me cuesta), por dejarme improvisar la vida, los viajes, las sonrisas y hasta las lágrimas, aunque sea lo que menos les guste a tu racionalidad y previsión... por estar ahí y por ser como eres... Por cierto, esta es la sonrisa de Diego (ya sabes que la tengo más devoción que a la de Javi)