Y si lo piensas, nuestra vida está llena de personajes de todo tipo... algunos reales, otros de carne y hueso y otros que sólo existen en la mente de los "que no han abandonado a Peter"... en ocasiones, pasen los años que pasen, ocurran las cosas que ocurran, te das cuentas de que a tu lado permanencen ciertos personajillos que marcan el rumbo de todo, que lo cambian y que hacen cada día distinto y especial... Dicen que cuantos más personajillos de este tipo haya merodeando a tu alrededor más afortunado serás...
Uno de esos personajillos es muy muy especial, aunque la mayor parte del tiempo lo dude y hay que recordarle continuamente lo que vale... A veces, se harta de la vida, se deprime, se enfada con el mundo... A veces, cambia el golpe en la mesa por un grito desgarrado en boca de otros... A veces, llora a escondidas para ahorrar lágrimas a la gente que quiere... A veces, llora porque sí... A veces, echa de menos y lo cambiaría todo por un instante... A veces, se convence de que no es feliz, pero acaba riendo a carcajadas cuando suena la canción de la flor... A veces, odia recordar, aunque no recuerde cómo se odia... A veces, sólo un desconocido le arranca un brillo en los ojos...
Pero si en tu vida hay uno o varios de estos personajillos (sea como fuere), puede que tú también seas personajillo en la vida de otro. Y yo soy de esos a los que le encanta molestar... y recordarte que "los vientos fuertes los resisten mejor los árboles flexibles", que vales más de lo que crees, que tu destino sólo lo eliges tú y que la vida no es tan de color de hormiga... que aquí me tienes (y lo sabes), dispuesta a seguir inventando canciones absurdas para secar tus ojos, a seguir gritando que bajes la música, que tiemblan las paredes, a seguir contándote historias para no dormir... y a seguir recordándote todo eso que olvidas con demasiada frecuencia...
Sabes que nunca te faltará un abrazo...